Maria Laura Ubeira, es una cazadora de sus propios mitos y memorias las que luego trasplanta en el mundo viviente de sus cuadros.
Recuerdo las muestras anteriores donde sus pinturas reflejaban una ansiedad existencial dramáticamente expresionista, caso ese cuadro titulado, “El carnicero”, de excelente síntesis cromática, resuelto en contadas pinceladas contorneadas de negro.
Pero su inquietud e inspiración la hace trasponer esas fronteras y decide saltar a otros y mas extensos abismos que interiormente presiente, -y vimos concretarse- en esta exposición, donde cada cuadro de tendencia trans-ilustracionista nos relata fragmentos de su niñez, de multirecuerdos y del entorno con sus padres, sus tíos, abuelos. También con sus perros, conejos saltarines, juguetes y parientes, mas sus amistades, historietas y cuentos infantiles de su ayer nostálgico.
Todos pasan y posan para su caballete y sus telas que esperan retener tantas vivencias, y, al decir del libro de Proust “En busca del tiempo perdido”, esta artista prefiere involucrarse encontrando y plasmando ese mismo tiempo, pero como tiempo “encontrado”, no perdido… Por ello Maria Laura Ubeira, desde su pasión creativa y por amor a su íntima historia, se adueña de esos territorios confesionales con pinceladas que acomoda en plena libertad, para la fuerza de su arte.
No nos llame la atención que sus próximas exposiciones, sean cual un viaje a las estrellas, o un internarse en los misteriosos laberintos de un cuento de Borges.
Su universo plástico planteado, día a día, nos lo hace presentir…
© Yaco Nowens
Revista Oleo y Mármol
Agosto 2005
Año 20 Num. 82
Recuerdo las muestras anteriores donde sus pinturas reflejaban una ansiedad existencial dramáticamente expresionista, caso ese cuadro titulado, “El carnicero”, de excelente síntesis cromática, resuelto en contadas pinceladas contorneadas de negro.
Pero su inquietud e inspiración la hace trasponer esas fronteras y decide saltar a otros y mas extensos abismos que interiormente presiente, -y vimos concretarse- en esta exposición, donde cada cuadro de tendencia trans-ilustracionista nos relata fragmentos de su niñez, de multirecuerdos y del entorno con sus padres, sus tíos, abuelos. También con sus perros, conejos saltarines, juguetes y parientes, mas sus amistades, historietas y cuentos infantiles de su ayer nostálgico.
Todos pasan y posan para su caballete y sus telas que esperan retener tantas vivencias, y, al decir del libro de Proust “En busca del tiempo perdido”, esta artista prefiere involucrarse encontrando y plasmando ese mismo tiempo, pero como tiempo “encontrado”, no perdido… Por ello Maria Laura Ubeira, desde su pasión creativa y por amor a su íntima historia, se adueña de esos territorios confesionales con pinceladas que acomoda en plena libertad, para la fuerza de su arte.
No nos llame la atención que sus próximas exposiciones, sean cual un viaje a las estrellas, o un internarse en los misteriosos laberintos de un cuento de Borges.
Su universo plástico planteado, día a día, nos lo hace presentir…
© Yaco Nowens
Revista Oleo y Mármol
Agosto 2005
Año 20 Num. 82
1 comentario:
muy bueno!
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